- Al principio todo es luz. Una luz tan fuerte que aturde tu mente y te disuade de cualquier otra cosa que haya tenido importancia antes en tu vida. Cuando ella aparece y te ciega con su luz, todo se vuelve más humano pero raro, más frío y cálido. Su sonrisa es como salir a pasear bajo el sol tras varios días de lluvia. Lo que sientes cuando la besas es tan bonito que duele a veces, porque no la quieres perder. Y piensas, qué pasaría si un día se marcha, ¿y si mis miedos se hacen realidad?
Sin embargo esos pensamientos son como susurros que se pierden con el viento, porque mientras ella esté, sabes que todo irá bien. Y seguirás riendo y llorando por amarla. Seguirás sorprendiéndote con cada lunar, porque aunque ella lo niegue cada uno que encuentres será aún más perfecto y maravilloso que el anterior. Igual que las comisuras de sus labios, que podrías pasar besando toda la eternidad. Te perderás en las noches siguiendo los dibujos de su cuerpo, pero estarás en casa. Porque en cualquier lugar del mundo estarías en casa, si ella está contigo. -
domingo, 8 de septiembre de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
-
Una vez cuando era pequeña me preguntaron si quería más a mi madre o a mi padre.
Yo contesté: "A los dos por igual". Me era imposible elegir, una era mi madre y otro era mi padre. Los quería a los dos.
Es por eso que cuando le haces la pregunta a una persona y sin apenas pensarlo contesta y elige, no hay nada más que decir.
Si al menos lo pensara... demostraría que cuando dijo "no me hagas elegir" no es porque no pudiera decidirse o porque ni se atreviera a pensarlo, es porque no te iba a elegir a tí.
No es agradable tener que elegir. No es agradable tener que preguntar. Pero si tengo que hacerlo espero que al menos la otra persona no pueda contestar...
Yo contesté: "A los dos por igual". Me era imposible elegir, una era mi madre y otro era mi padre. Los quería a los dos.
Es por eso que cuando le haces la pregunta a una persona y sin apenas pensarlo contesta y elige, no hay nada más que decir.
Si al menos lo pensara... demostraría que cuando dijo "no me hagas elegir" no es porque no pudiera decidirse o porque ni se atreviera a pensarlo, es porque no te iba a elegir a tí.
No es agradable tener que elegir. No es agradable tener que preguntar. Pero si tengo que hacerlo espero que al menos la otra persona no pueda contestar...
domingo, 3 de marzo de 2013
Desesperación sin sentido.
Imagina una guerra. Hay soldados jóvenes con ganas de luchar por su país, por su gente, por la familia que les espera en casa.
De repente se enteran de que las personas que formaban su nación cayeron en los vicios y la locura, y cometieron el suicidio de entregarse al enemigo (quien sin duda acabó con ellos).
Los soldados perplejos, no pueden dar crédito. Podían haber ganado esa batalla o incluso la guerra, pero en cuestión de unos momentos ya no hay nación por la que luchar. Ya no pueden ganar, porque no hay nada que ganar, ni para quién ganarlo. ¿Acaso hay otra opción más que rendirse? Ya no tiene sentido planear otra estrategia. Ya no hay esperanza. Ya no hay casa a la que volver.
Una nación suicida que desaparece en el frente de batalla despreciando a los que por ellos se jugaban la vida allí, y dejando a estos soldados enamorados de su patria sin nada por lo que luchar.
lunes, 25 de febrero de 2013
Vamos
Un día más tengo que levantarme.
Sólo lo hago por mí, pero eso me parece motivo suficiente. Abro los ojos y decido que mitad de mi misma se reflejará en el espejo. No me cuesta decidir, me cuesta que la otra mitad de mí se adapte a esa decisión. (Aquí viene bien una antigua cita de una vieja libreta naranja, pero me he cansado)
Es duro pensar en el futuro que me he visto obligada a rechazar. Pero ahí quedan mis sueños rotos, junto a las lágrimas que nunca derramé. Me duele pensar que ya no hay vuelta atrás, pero es que ya no la hay...
Por eso mi parte dura gana cada noche desde aquel día.
Pero durante las horas de luz pueden pasar muchas cosas, y justamente hoy ha pasado algo. No es como si fuera algo que no hubiera estado esperando con curiosidad, con desesperación a veces, con miedo en otras... Sabía que pasaría de un momento a otro, pero no tenía ni idea de cómo reaccionaría.
Esos ojos en los que me he visto tantas veces miraban al suelo con todo el peso del mundo sobre ellos. No he podido evitar darme la vuelta y ver cómo se alejaba, una vez más, haciendo trizas los pedazos que quedaban de la que ahora es mi antigua vida. Entonces, a pesar de que he sentido ganas de hacer mil cosas distintas, he hecho lo más inteligente y lo que es mejor para mí. Porque ahora más que nunca voy a ser egoísta, porque el tiempo pasa y llegará el momento en el que realmente no me importe una mierda.
Hay que dejar que el tiempo obre, yo voy poco a poco, de momento empiezo el día con un "tengo que levantarme".
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)