martes, 14 de enero de 2014

A tí

En ningún momento me había parado a pensar en lo maravilloso que es conocer a alguien que te llene el espíritu, aunque sólo fuera con palabras, hasta que te fuiste. -

En ese momento habían pasado cientos de personas por mi vida, y un elevado porcentaje  de ellos estoy casi segura que no volveré a ver, a no ser que el destino se vuelva caprichoso. Por ello es curioso, que habiendo conocido a tantas personas y habiéndolas perdido de vista hace tiempo sin mucho disgusto, me trastornara el perderte a tí.
Creo que también por eso no hice nada para retenerte, no pensaba que te fuera a echar en falta. Además siempre había tenido presente que era yo la que me marchaba, y que te encontraría en el mismo sitio cuando me entrara en gana. Pero tu también te marchaste. Y ahora no te puedo encontrar. Mi paz de alma, tormenta ¿donde estás?
Me habría pasado escuchando historias tuyas toda la vida. Cada día aprendía algo nuevo de tí, y cada día lo sigo haciendo aunque ya no estés. Eras la fuerza contenida en un baúl resquebrajado a punto de explotar, desafiando cualquier límite e imponiendo tu naturaleza sobre todo lo demás.
Por eso te has ido y no te juzgo, pero no te puedo encontrar.

A veces me encuentro esperando ansiosa un capricho del destino, una obra magistral que nos reencuentre y nos brinde otra oportunidad. Y siempre en los días lluviosos mientras voy por la acera mojada, espero ver tu mirada directa y penetrante al levantar un poco la visera de mi paraguas.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Ella

- Al principio todo es luz. Una luz tan fuerte que aturde tu mente y te disuade de cualquier otra cosa que haya tenido importancia antes en tu vida. Cuando ella aparece y te ciega con su luz, todo se vuelve más humano pero raro, más frío y cálido. Su sonrisa es como salir a pasear bajo el sol tras varios días de lluvia. Lo que sientes cuando la besas es tan bonito que duele a veces, porque no la quieres perder. Y piensas, qué pasaría si un día se marcha, ¿y si mis miedos se hacen realidad?
Sin embargo esos pensamientos son como susurros que se pierden con el viento, porque mientras ella esté, sabes que todo irá bien. Y seguirás riendo y llorando por amarla. Seguirás sorprendiéndote con cada lunar, porque aunque ella lo niegue cada uno que encuentres será aún más perfecto y maravilloso que el anterior. Igual que las comisuras de sus labios, que podrías pasar besando toda la eternidad. Te perderás en las noches siguiendo los dibujos de su cuerpo, pero estarás en casa. Porque en cualquier lugar del mundo estarías en casa, si ella está contigo. -

domingo, 19 de mayo de 2013

-

Una vez cuando era pequeña me preguntaron si quería más a mi madre o a mi padre.
Yo contesté: "A los dos por igual". Me era imposible elegir, una era mi madre y otro era mi padre. Los quería a los dos. 
Es por eso que cuando le haces la pregunta a una persona y sin apenas pensarlo contesta y elige, no hay nada más que decir. 
Si al menos lo pensara... demostraría que cuando dijo "no me hagas elegir" no es porque no pudiera decidirse o porque ni se atreviera a pensarlo, es porque no te iba a elegir a tí.

No es agradable tener que elegir. No es agradable tener que preguntar. Pero si tengo que hacerlo espero que al menos la otra persona no pueda contestar...

domingo, 3 de marzo de 2013

Desesperación sin sentido.

Imagina una guerra. Hay soldados jóvenes con ganas de luchar por su país, por su gente, por la familia que les espera en casa. 
De repente se enteran de que las personas que formaban su nación cayeron en los vicios y la locura, y cometieron el suicidio de entregarse al enemigo (quien sin duda acabó con ellos).
Los soldados perplejos, no pueden dar crédito. Podían haber ganado esa batalla o incluso la guerra, pero en cuestión de unos momentos ya no hay nación por la que luchar. Ya no pueden ganar, porque no hay nada que ganar, ni para quién ganarlo. ¿Acaso hay otra opción más que rendirse? Ya no tiene sentido planear otra estrategia. Ya no hay esperanza. Ya no hay casa a la que volver.
Una nación suicida que desaparece en el frente de batalla despreciando a los que por ellos se jugaban la vida allí, y dejando a estos soldados enamorados de su patria sin nada por lo que luchar.


lunes, 25 de febrero de 2013

Vamos

Un día más tengo que levantarme.
Sólo lo hago por mí, pero eso me parece motivo suficiente. Abro los ojos y decido que mitad de mi misma se reflejará en el espejo. No me cuesta decidir, me cuesta que la otra mitad de mí se adapte a esa decisión. (Aquí viene bien una antigua cita de una vieja libreta naranja, pero me he cansado)

Es duro pensar en el futuro que me he visto obligada a rechazar. Pero ahí quedan mis sueños rotos, junto a las lágrimas que nunca derramé. Me duele pensar que ya no hay vuelta atrás, pero es que ya no la hay...
Por eso mi parte dura gana cada noche desde aquel día. 
Pero durante las horas de luz pueden pasar muchas cosas, y justamente hoy ha pasado algo. No es como si fuera algo que no hubiera estado esperando con curiosidad, con desesperación a veces, con miedo en otras... Sabía que pasaría de un momento a otro, pero no tenía ni idea de cómo reaccionaría.

Esos ojos en los que me he visto tantas veces miraban al suelo con todo el peso del mundo sobre ellos. No he podido evitar darme la vuelta y ver cómo se alejaba, una vez más, haciendo trizas los pedazos que quedaban de la que ahora es mi antigua vida. Entonces, a pesar de que he sentido ganas de hacer mil cosas distintas, he hecho lo más inteligente y lo que es mejor para mí. Porque ahora más que nunca voy a ser egoísta, porque el tiempo pasa y llegará el momento en el que realmente no me importe una mierda. 
Hay que dejar que el tiempo obre, yo voy poco a poco, de momento empiezo el día con un "tengo que levantarme".

domingo, 28 de octubre de 2012

Le has hecho llorar...


La luna se levanta y las lágrimas caen.

Estropean la marcha cíclica del viento,

y desatan a su paso tempestades,

que el corazón me arrancan, mientras pienso

que ya nada queda de aquellas noches,

donde tu sonrisa me servía de alimento.


¿Por qué te ocultas en el abrazo de las soledades,

si te escribí que volvería en el firmamento?

La luna se levanta y llora por sus pesares,

pero no le queda nadie para amenizar su tormento,

como en una oscura noche sin tus amores,

sabiendo que no estoy en tus pensamientos.

jueves, 25 de octubre de 2012

Pensando en colillas usadas y abandonadas.


¿Por qué nadie piensa en las colillas?

Ya no recuerdas la colilla del cigarro que disfrutaste aquel día. 
Te lo llevaste a la boca, lo prendiste con fuego, y para tí fue como una primera bocanada de aire cuando te estás ahogando. 
La colilla rozando tus labios, dándote vida (o quitándotela) como si eso fuera lo único que realmente necesitabas en ese momento. 
El áspero humo que se colaba por tu garganta te hacía sentir libre y fuerte, 
pero dime ¿que fue de aquel cigarrillo que te fumaste una vez? 
¿Acaso no fue que el cigarro se consumió y decidiste tirar la colilla al suelo? 
Probablemente quedó allí abandonada mientras terminaban de consumirse las ascuas que aún tenía en su interior, mirando como te alejabas, sabiendo que su trágico destino sería la amargura... para más tarde: morir pisoteada.

12-09-12