¿Por qué nadie piensa en las colillas?
Ya no recuerdas la colilla del cigarro que disfrutaste aquel día.
Te lo llevaste a la boca, lo prendiste con fuego, y para tí fue como una primera bocanada de aire cuando te estás ahogando.
La colilla rozando tus labios, dándote vida (o quitándotela) como si eso fuera lo único que realmente necesitabas en ese momento.
El áspero humo que se colaba por tu garganta te hacía sentir libre y fuerte,
pero dime ¿que fue de aquel cigarrillo que te fumaste una vez?
¿Acaso no fue que el cigarro se consumió y decidiste tirar la colilla al suelo?
Probablemente quedó allí abandonada mientras terminaban de consumirse las ascuas que aún tenía en su interior, mirando como te alejabas, sabiendo que su trágico destino sería la amargura... para más tarde: morir pisoteada.
12-09-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario