miércoles, 28 de diciembre de 2011

Maldita costumbre, y malditas dudas.

Y ¿qué haces? ¿Acaso vives?

Eso no es vivir. Te preocupas tanto por lo que podría pasar mañana y por lo que pasará cuando tú ya no estés, que pierdes un tiempo maravilloso en donde todo está casi bien por deprimirte pensando lo que no es.
O quizá cosas que son, pero que tienen que ser. Porque si lo son para tí, para los demás también lo pueden ser.
Pero yo he sufrido la evidencia en mis propias carnes, me he debilitado y puede que lo que pase realmente es que piense que los demás no son tan fuertes como yo. Que si no se lo repito una y otra vez, ellos no lo saben, se les olvida. Que está en su mano el poder de derribarme, y no me atrevo a darles todas las llaves. Yo no me entrego.

¿Por qué han de hacerlo ellos...? Sin embargo, hay quién lo hace. Aquel que no guarda odio, ni rencor... Sino que lo besa, lo siente y lo deja marchar. Aquel que te acoge como si fueras ánima una y otra vez, y está preparado para el dolor. Porque entregarte es asumirlo todo, poder con todo lo que venga, aceptarlo. Aceptar que eres tú más algo más. Pero que el "más" puede irse cuando quiera, y dejarte sólo. Porque sólo viniste y sólo te irás.

Porque tienes tanto miedo de estar sólo... de que no haya nadie más...
Pero encima, quieres justo a esa persona. No pides nada...
Esa persona, a la que quisiste y te quiso, y que sólo con quererte ya te lo dio todo. Pero eso se olvida con el tiempo. Se olvida uno de lo afortunado que es, amargandose porque puede perderlo todo.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Dolor...

Dolor, sufrimiento, angustia... Sentimientos innecesarios que configuran nuestras preferencias, y nuestra vida en sí.
Odio volver atrás en el tiempo, dentro de mi mente, mezclando verdades con mentiras, olvidando todo lo que ahora sé, sufriendo por algo que fue pero que ya no es. Me martirizo intentando hacer que las cosas que un día me hicieron daño no lo vuelvan a hacer, pero me equivoco constantemente. Debería cambiar mi método.
Cada vez que miro al más oscuro rincón de mi pasado encuentro sentimientos que siguen ahí, cuando yo ya no lo estoy... como suspendidos en la ignorancia de lo efímero.
Esos recuerdos vanos de sentimientos innecesarios que fueron forjados por mí, me siguen atormentando como si mi vida estuviera todavía allí. La locura invade mi cuerpo, no me deja vivir. Quisiera abrazarte, llorar en frente de tí, matarte o dejarte ir. No sé que hacer con esto, no lo comprendo, no lo puedo manejar...
Quiero olvidarlo todo, aprender a quererlo, deshacerme de ello, reventar... En este momento te necesito ¿dónde estás...?

domingo, 18 de diciembre de 2011

RENOVATIO.

Hoy, he muerto.
Hoy, he vuelto a nacer...

Hoy tengo un sentimiento nuevo, que no es nuevo. Simplemente ha vuelto y no lo recordaba. Solía pensar que la muerte implicaba este sentimiento. Que a este estado sólo se podía llegar al morir.
Me da tranquilidad, puedo sentir la inocencia... puedo sentir dentro de otra persona mi conciencia. Hasta hoy, he vivido pensando que los demás no se preocupaban de nada, que nadie podía tener pureza en su interior. Pero no me daba cuenta, de que la que llevaba las vendas en los ojos era yo.
Hoy me he reencontrado, hoy he visto lágrimas que por su brillo parecían diamantes, hoy he hecho el amor sin tocar a nadie.

Hoy he recobrado la esperanza. Se me han partido los esquemas, se me han caído las vendas, y mis ideas se han quedado pequeñas. Hoy sé quién he sido, quién soy, y quién quiero ser. Hoy lo sé todo. Hoy he muerto, y he vuelto a nacer.

martes, 29 de noviembre de 2011

A veces es duro seguir adelante...

Cuando te das cuenta de que todo lo que un día pensaste que sería genial, no es como creías.
Cuando te arrepientes de no haber dado todo lo que podías haber dado en los momentos más importantes. Es duro mirar atrás y sólo alcanzar a ver las cosas que se han empobrecido. Cuando te chocas con la realidad de lleno, y piensas que no te quedan fuerzas para continuar...

Entonces te encierras en la cárcel de tu alma, con los ojos llenos de lágrimas tapados con las vendas que tú mismo te pones. Piensas, que nada puede cambiar la realidad que vives en ese momento, que no habrá más momentos nunca, que no existe el día de mañana, que tuviste una oportunidad y la desaprovechaste.

Pero en realidad es tan fácil conseguir un impulso, por pequeño que sea, que te empuje hacia adelante... Todo en esta vida te invita a seguir viviendo. Los colores te invitan a descubrir nuevas tonalidades, los aromas a embriagarte de ellos, las miradas a buscarlas entre la multitud. La injusticia del mundo te invita a luchar contra ella, los cánones a ir a contracorriente, las equivocaciones a probar de nuevo y triunfar. La música te invita con sus canciones a conocerla, aprenderla, tocarla hasta la saciedad, aborrecerla y olvidarla, y después volverla a descubrir. La danza, el arte, la literatura, el amor, son cosas bellas e increíbles aunque tengan consecuencias negativas. Todo te invita a luchar y continuar, la vida te reta como si jugara contigo. Como si estuviera esperando a que le sorprendas, para recompensarte cuando lo hagas, por tu gran hazaña. La adversidad puede contrarrestarse. Debemos reirnos de la vida como si estuviéramos locos, en realidad sería lo normal puesto que en esta vida de locos ¿qué otra cosa podemos esperar?

Hay cosas que no son tan importantes como pensamos. Objetos que se pueden reemplazar, millones de personas por conocer, lugares por explorar, años por vivir... Estamos obsesionados con el tiempo, porque no sabemos cuándo nos vamos a morir. Sin embargo, deberíamos estar preparados, sintiéndonos a cada momento a gusto con nuestros actos, nuestra vida y nuestra manera de vivirla. Porque nadie más ve las cosas como nosotros mismos, nadie siente nuestro dolor, ni vive nuestra pasión. Debemos disfrutar cada instante, aprendiendo de ellos todo lo posible. Para que el día de mañana tengamos algo que podamos decir que es nuestro, y de nadie más: nuestra propia vida.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Lo único.

A veces siento que lo único que hay real en mi vida es él. Lo único que no está fuera de lugar, que no se desmorona cada vez que tropiezo. Eso me da seguridad.
Hace mucho que no puedo imaginar como sería mi vida si él no estuviera. Me aterra, pero me encanta.
No sé que pasaría, sinceramente, si le perdiera por cualquier motivo. Pero estoy segura de que nada volvería a tener el brillo que tiene ahora. Todo perdería sentido para mí.
Me pregunto como he podido llegar a este punto sin darme apenas cuenta, cómo alguien que simplemente se cruzó en mi camino sin ni siquiera tenerlo en mente se ha convertido en el eje de todo mi mundo.
Cuando le miro, puedo ver en sus ojos la inmensidad del horizonte. Parece que su mirada atraviese todo mi ser hasta llegar a lo más profundo de mi alma, sin detenerse nunca...
Mis barreras hasta entonces impenetrables, se desmoronan como hojas de papel. Es cuando pienso: "Estoy desnuda ante tus ojos. ¿Qué necesitas que te diga? Si ya debes saberlo todo de mí..."